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19 de septiembre La Batalla de Famailla o Monte Grande



Efemérides del 19 de septiembre

1841: en Famaillá (provincia de Tucumán, en Argentina) se libra la batalla de Famaillá.





19 de septiembre
1841: en Famaillá (provincia de Tucumán, en Argentina) se libra la batalla de Famaillá.
la Batalla de Famaillá o del Monte Grande, en plena guerra civil entre unitarios y federales, fue una lucha decisiva que definió el final de la llamada “Coalición del Norte”.
Mientras que Buenos Aires, gobernada por Juan Manuel de Rosas, atravesaba el bloqueo francés, su aliado oriental, el general Manuel Ceferino Oribe y Viana, se encontraba entre el sur de Brasil y el norte de Uruguay luchando contra José Fructuoso Rivera y Toscana.
La Confederación había llegado a alcanzar algo similar a una tregua: los federales controlaban el territorio con Rosas en Buenos Aires, Facundo Quiroga en La Rioja y Estanislao López en Santa Fé.
El general Oribe, simpatizante de la causa federal, con más de 30 años en el territorio, prestó servicio tanto por la independencia de la Confederación como contra la invasión brasileña y otros conflictos.
Oribe había sido el 2do. presidente del Uruguay (1835-1838), hasta que su derrota lo obligó a renunciar y abandonar su tierra.
Rivera derrocó a Oribe con ayuda de la flota francesa, que estableció un bloqueo al puerto de Buenos Aires y al Río de la Plata, ocupando la isla Martín García.
El gobernador Estanislao López envió a Buenos Aires a su ministro Domingo Cullen, quien entró en tratativas con el comandante de la flota francesa. De pronto, murió López, Cullen regresó a Santa Fe y se hizo elegir gobernador. Pero Rosas no lo reconoció y reivindicó a Juan Pablo López, hermano del caudillo fallecido.
Cullen se refugió en Santiago del Estero, donde organizó la primera campaña de oposición sistemática contra el gobierno de Rosas y sus aliados.
En cuanto a Oribe, buscó por 3ra. vez asilo en las tierras de la Confederación.
Rosas lo recibió tal como siempre, pero lo puso al frente de las fuerzas federales para que comandara una ofensiva contra los unitarios.
La muerte de Quiroga en 1835 y el asesinato de su sucesor, Alejandro Heredia, 3 años más tarde (a fines de 1838, Heredia matado por un oficial descontento, con el apoyo de algunos personajes o liberales o unitarios que estaban en Tucumán bajo su protección. Entre ellos, el joven Marco Avellaneda, hijo de un ex gobernador de Catamarca), hizo soplar otra vez los vientos de guerra. Y 2 grandes bandos: los Pro Rosistas (Confederación Argentina) y la oposición a Rosas (Coalición del Norte).
Este conjunto de fuerzas se anudó a principios de 1840 y duró hasta septiembre de 1841, integrada por Tucumán, Salta, La Rioja, Catamarca y Jujuy.
En otro lado de la historia se encontraba el unitario general Juan Galo de Lavalle, con una gran carrera en el Ejército de los Andes, el Sitio de Montevideo, la Guerra del Brasil y la Revolución unitaria que derrocó y fusiló a Manuel Críspulo Bernabé Dorrego.
Desde entonces Lavalle se había convertido en mala palabra, era un fantasma errante y andaba boyando de provincia en provincia: Entre Ríos, Corrientes, Buenos Aires…
Juan Lavalle y Gregorio Aráoz de Lamadrid debían converger en Santa Fe y desde allí atacar Buenos Aires. Para ello, Lavalle debía cruzar Entre Ríos, derrotar a su gobernador, Pascual Echagüe; mientras Lamadrid debía cruzar Córdoba, y derrotar al gobernador Manuel “Quebracho” López.

A fines de junio, Lamadrid avanzó hacia el sur, pero no pudo prosperar en Santiago del Estero, y retrocedió a Tucumán.
Lavalle fracasó en su invasión a Buenos Aires pero ocupó la ciudad de Santa Fe.
En Buenos Aires, Rosas llegaba a un acuerdo con los franceses (el Tratado Mackau-Arana), desbloqueando el puerto, y sus fuerzas se encontraban más fuertes que nunca con Oribe a la cabeza.
Rosas le ordenó a Oribe ir tras Lavalle, sin saber que éste había hablado con Gregorio Aráoz de Lamadrid para reunirse en Quebracho Herrado, una localidad del departamento de San Justo, Córdoba.
Lavalle fue alcanzado por las fuerzas rosistas y debió enfrentarlas antes de llegar al punto de encuentro, provocando la retirada de Lamadrid ante la demora de su compañero unitario.
La Batalla de Quebracho fue una fulminante victoria federal. Junto a Oribe estuvo Ángel Pacheco, militar argentino, oficial de José de San Martín, y uno de los más brillantes generales: nunca perdió una batalla. Pacheco y Oribe causaron más de 1.500 bajas a Lavalle.
Los restos del ejército de Lavalle se retiraron hacia la ciudad de Córdoba, donde encontraron a Lamadrid. Después de recriminaciones mutuas, acordaron retirarse hacia el norte. Lamadrid retrocedió a Tucumán, y Lavalle intentó dominar Cuyo y La Rioja.
Oribe y Pacheco marcharon hacia el norte, donde se había organizado la Coalición, luego de una reunión entre Andrés Ocampo, por La Rioja; Ignacio Moldes, por Salta; Francisco Marcelino Augier, por Catamarca; y Salustiano Zavalía, por Tucumán.
El gobernador de La Rioja, Tomás Brizuela, tenía el ejército provincial mejor organizado y la oficialidad más destacada, y controlaba los más importantes pasos de montaña a Chile, de donde se esperaban refuerzos. De modo que se consideró esencial su colaboración, y le ofrecieron el cargo de comandante del ejército de la Coalición, confiándole los “asuntos generales” con facultades de hacer la guerra, firmar la paz, negociar empréstitos “dentro o fuera de la República” y celebrar tratados, aunque estos últimos requerían su ratificación por parte de cada provincia.
La Coalición mantuvo intensas relaciones con el gobernador de Corrientes, Pedro Ferré, para que se integrara. Pero no hubo caso.
En tanto, Pacheco fue hacia Mendoza y Oribe hacia Tucumán.
Lavalle envió a las provincias de Cuyo a sus mejores hombres, al mando del coronel José María Vilela, para apoyar al gobierno revolucionario de Eufrasio Videla en San Luis y la revolución unitaria de Pedro Molina en Mendoza.
Pero​ Vilela fue derrotado por Pacheco en San Cala, el 09/01/1841.
De todos modos, la conspiración en Mendoza había fracasado ante la mera presencia de Félix Aldao, quien además derrotó en San Luis a los Videla (batalla de Las Quijadas), acompañado por Pablo Lucero.
Lavalle se internó en La Rioja, y pidió auxilio al gobernador Brizuela pero éste reclamaba el mando. De modo que Lavalle se trasladó a Famatina.
Aldao ocupó la capital de La Rioja y avanzó hacia el norte, pero la Sierra de Velasco no le permitía ir directo hacia sus adversarios. Antes, el coronel José María Flores casi chocó con la división de Mariano Antonio Acha, que regresaba desde Santiago del Estero a unirse a Lavalle, y lo derrotó en la batalla de Machigasta.
Oribe entró en La Rioja, donde se pasaron a sus fuerzas casi todos los comandantes militares de la zona de Los Llanos, con la excepción de Ángel Vicente Peñaloza.
Lavalle retrocedió hacia Catamarca.
Brizuela fue derrotado y muerto por un oficial de sus propias fuerzas en Sañogasta. Y los coroneles Mariano Maza e Hilario Lagos ocuparon Catamarca con fuerzas venidas desde Buenos Aires.
De todos modos, Lavalle creyó que había logrado algo importante: que Lamadrid se reorganizara en Tucumán.
Oribe alcanzó a Lavalle a orillas del río Famaillá el 19/09/1841. Los unitarios contaban con grandes comandantes, pero la experiencia y paciencia de Oribe y sus fuerzas fueron más.
Lavalle esperó a Oribe en la orilla norte del río Famaillá, unos 40 kilómetros al sur de la capital provincial: 1.300 hombres, contra 2.200 de Oribe.
La batalla comenzó a media mañana: en el ejército unitario formaban Marco Avellaneda, Juan Esteban Pedernera, Manuel Hornos y otros notables.
Entre los federales figuraban Juan Felipe Ibarra, José Martín Ferreyra, Celedonio Gutiérrez, Hilario Lagos y Mariano Maza.
En un primer momento pareció que podía prolongarse sin definición por largo tiempo, pero muy pronto los veteranos del ejército federal superaban a los hombres de Lavalle.
La victoria quedó en manos de Oribe, y Lavalle y sus hombres se vieron obligados a huir.
Mientras que las fuerzas rosistas lamentaron 20 bajas, la Coalición lamentó más de 600.
5 días más tarde Pacheco alcanzó a Lamadrid y tras vencerlo se terminó la Coalición del Norte. Rosas había ganado.