Esta batalla enfrentó a las Provincias Unidas del Río de la Plata con el invasor Imperio del Brasil. La victoria patriota marcó el inicio de un camino signado por glorias obtenidas a lo largo de la historia.
20.02.2020
Se cumplió este jueves el 193º aniversario de la Batalla de Ituzaingó, donde el Regimiento de Artillería Ligera a cargo del coronel Iriarte recibiera su bautismo de fuego.
El 1º de diciembre de 1825 el emperador de Brasil Pedro I declara la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata, la que iniciaría efectivamente diez días después con un bloqueo naval de la flota imperial al puerto de Buenos Aires.
Iniciada la guerra contra el Imperio de Brasil, el presidente Bernardino Rivadavia viendo la necesidad de organizar la Artillería patriota, decide crear el Regimiento de Artillería Ligera el 9 de mayo de 1826. Así es designado como jefe de la primera unidad de artillería de nuestro país el coronel Tomás de Iriarte, quien tendría la responsabilidad de conducirla en un exitoso bautismo de fuego a orillas del arroyo Ituzaingó un año más tarde.
El brigadier general Carlos de Alvear, comandante en jefe del Ejército Republicano, en aparente retirada concibe una maniobra arriesgada pero beneficiosa previo al cruce del río Santa María. En ese sector, el terreno presentaba un desfiladero protegido por un abra que no permitía la visión del enemigo, por lo que Alvear ordena a su vanguardia, a cargo de Lavalleja, ubicarse en las alturas que dominaban el valle para observar los movimientos del enemigo y en caso de ser necesario rechazarlo, mientras que algunas compañías de coraceros cruzaban al otro lado del río en plena luz del día haciendo creer que toda la fuerza haría lo mismo durante la noche.
Es por ello, que en la madrugada del 20 de febrero de 1827, siendo aproximadamente las 2, el Marqués Barbacena reinicia su marcha hacia el paso del río Santa María, esperando sorprender a las tropas de Alvear que habían iniciado el cruce y de esta manera derrotar las fuerzas patriotas sin darles posibilidad que puedan desplegarse por el desfiladero, por lo que avanza de manera desordenada esperando solo encontrarse con fuerzas menores de la retaguardia.
PRIMEROS COMBATES
A las 5 se producen los primeros combates cuando las fuerzas imperiales cruzan por el sector denominado la Zanja del Barro Negro, que cruzaba longitudinalmente el valle, partiéndolo en dos, hecho que obliga a detener el avance de las tropas del Marqués y reorganizarse al este del sector. Habiendo sucedido esto, Alvear ordena que las fuerzas patriotas se desplieguen y de esta forma poder afrontar la batalla.
Al amanecer, dentro del dispositivo previsto por Alvear, Lavalleja, quien debería ocupar el flanco derecho, se encuentra en el centro del mismo, lo que origina que los enfrentamientos entre ambas fuerzas ya desplegadas comenzaran con esa división. Los patriotas buscan compensar la diferencia en hombres de infantería con heroicos ataques de Caballería, que producen la retirada de la caballada imperial dejando a su Infantería expuesta a los fuegos de la Artillería de Iriarte.
El Regimiento de Artillería Ligero ubicado en el centro del dispositivo republicano batió a la infantería que debió retirarse con grandes pérdidas. Un segundo ataque desesperado de la fuerza imperial también fue detenido, hecho que terminó de sellar la suerte de la batalla. Estas acciones merecieron el reconocimiento del propio comandante en jefe, el cual expresó en el propio campo de batalla, frente a oficiales y tropa de otros regimientos lo siguiente: "Coronel Iriarte, su regimiento ha ganado la batalla en el centro".
Tras seis horas largas de combate, entre los pertrechos abandonados en el campo de combate por el Ejército Imperial, se encontró un cofre con una partitura, la cual habría sido entregada por el Emperador al Marqués Barbacena para ser interpretada tras la primera victoria del Imperio de Brasil. Al apoderarse de ella el ejército patriota, se bautizó como Marcha de Ituzaingó, la cual comenzó a emplearse para el desplazamiento de la Bandera Argentina en actos oficiales en conmemoración de aquel hecho de armas. Hoy, junto con el Bastón de Mando y la Banda Presidencial conforma uno de los tres atributos del presidente de la Nación Argentina.
El general Alvear escribe en el parte de guerra que enviara al ministro de Guerra, general Marcos Balcarce: "El coronel Iriarte con su Regimiento de Artillería Ligera ha merecido los elogios no sólo del general en jefe sino de todo el Ejército Republicano. La serenidad de los artilleros y el acierto de su puntería ha sido el terror del enemigo: todos los jefes de este cuerpo y los capitanes Chilavert, Aranguren y Pirán se han distinguido de un modo especial".
La Batalla de Ituzaingó enfrentó aproximadamente 7.700 hombres de las Provincias Unidas del Río de la Plata con 10.000 hombres del Imperio del Brasil, dejando un saldo de 148 muertos patriotas y 200 imperiales, entre los que podemos destacar el valor del coronel Brandsen que moriría en combate tras una carga de caballería. Contribuyó en favor de las tropas republicanas, para que, en 1828 con la Convención Preliminar de Paz, se reconociera a la entonces Provincia de Montevideo (Uruguay) como estado libre, independiente y soberano.
Para el arma de Artillería, cuyos orígenes se remontan a los Voluntarios Patriotas de la Unión que participaron activamente en las invasiones inglesas, significó el bautismo de fuego patriota luego de la declaración de nuestra Independencia e inicio de un camino marcado por glorias obtenidas a lo largo de la historia.
* Oficial de Ceremonial del Regimiento de Artillería 1 "Brigadier General Tomás de Iriarte".