Este famoso pintor alemán cuyo nombre en su lengua natal era Albrecht Dürer, nació en Núremberg, el 21 de mayo de 1471 y murió en la misma ciudad el 6 de abril de 1528. Su fama ha pasado a través de los siglos, por haber logrado llegar a ser el artista más importante y representativo del Renacimiento alemán, con sus dibujo, pinturas, grabados y sus particulares escritos sobre teoría del arte, que terminaron influyendo de manera evidente en los otros artistas del siglo XVI tanto en su propio país, como en los Países Bajos.
Su padre, Alberto Durero el Viejo (1434-1522), era un importante orfebre que había emigrado de Hungría hacia territorio germano y fue el primer maestro de su hijo. Aun cuando la herencia de la pintura alemana del norte era más conservadora, a partir del siglo XVI en que aumenta el comercio y la expansión de las ideas humanistas de los italianos, ésta se vio enriquecida con el énfasis de los últimos en la antigüedad clásica, los temas mitológicos y esa manera idealista de representar a las personas, combinándose con ese gran lujo de detalle, color y textura de la pintura medieval alemana.
Para Alberto Durero el reto se convirtió en ser capaz de hacer una pintura mediante la que se pudiera combinar el interés por los detalles naturalistas que tenían sus compatriotas con las situaciones más teóricas que manifestaba el arte italiano. Entonces a partir de este concepto, insistió en emplear medidas y la geometría no solo para la comprensión del arte italiano, sino en la aplicación de sus pinturas.
Como era lo habitual en la época, el joven Durero emprendió su viaje con el fin de complementar sus estudios y hacia 1492 llega a Colmar con el propósito de entrar al taller del pintor y grabador alemán Martin Schongauer, desconociendo que éste ya había muerto el año anterior., por lo que los hermanos de Martin le aconsejaron que siguiera su camino hacia Basilea para que consiguiera trabajo en el departamento de publicaciones.
Tanto en Basilea, como después en Estrasburgo adonde se dirigió, Alberto Durero realizó algunas ilustraciones para varias publicaciones. De la época se conservan algunos ejemplos de su arte en los que se puede apreciar la facilidad de los trazos del dibujo y la minuciosidad en los detalles. En algunos autorretratos y dibujos de ese momento de su vida, quizás el más antiguo de él que se conserva, es Albertina, Viena que lo hizo cuando apenas tenía 13 años de edad y luego hay un autorretrato de 1491 que forma parte de la colección que conserva la Universidad Erlangen en Alemania y otro donde se ve un joven más seguro de sí mismo que guarda el Museo del Louvre en París, que data de 1493.
En 1494 contrae matrimonio con Agnes Frey en Núremberg e inmediatamente se desplaza a Italia en donde realizó una gran cantidad de acuarelas de paisajes, como la que se conserva en la National Gallery en Londres, del castillo de Trento. Ya de regreso en Núremberg se dedica durante 10 años a hacer un sin número de grabados que le dieron mucha fama y reconocimiento, entre los que se encuentra la serie llamada Apocalipsis en 1498, Sansón con el león, La gran fortuna, La Caída del hombre y Baño de hombres por nombrar las más conocidas, que las hizo entre 1498 y 1504.
También de esa época está el Autorretrato que está en el Museo del Prado en Madrid y el que conserva la Pinacoteca Antigua de Múnich.
Vuelve a viajar a Italia entre 1505 y 1507 y en Venecia entra en relación con Bellini y otros artistas y es entonces cuando la Fundación de Comerciantes Alemanes o Fondaco dei Tedeschi le hace el encargo de realizar el retablo con el tema de La fiesta del Rosario, que data de 1506 y se conserva en el Museo Nacional de Praga. De regreso a Núremberg entra en la segunda etapa más productiva de su carrera como el retablo para la iglesia de los dominicos de Fráncfort del Meno que infortunadamente se destruyó en el incendio de 1729, la tabla de la Adoración de la Trinidad que está en el Museo de Historia del Arte de Viena, las tablas de Adán y Eva en el Museo del Prado, muchos retratos y grabados como lo es el Arco del Triunfo, que fue hecho en varias planchas de madera como encargo de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico que le había concedido una pensión anual.
Muere en Núremberg el 6 de abril de 1528, después de haber hecho y regalado a la ciudad sus últimas obras que son dos tablas de gran tamaño en las que se representan los Cuatro Apóstoles y que se puede ver en la Alte Pinakothek de Múnich.
La maestría que alcanzó Durero en los grabados, creando gamas de sombras, texturas y colores, le permitieron crear formas tridimensionales, de una manera nunca antes superada.
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